domingo, 16 de septiembre de 2007

La felicidad

Si fuésemos capaces un día de encontrar la felicidad,
¿qué haríamos con ella?
¿la guardaríamos en nuestro interior como al sentir el cariño del amigo,
la esparciríamos y repartiríamos al mundo como cuando nos sobra algo que quisieramos regalar,
o la esconderíamos recelosos tan oculta que nadie nunca pudiera encontrarla
por el absurdo temor de perderla al compartirla?
¿qué podríamos hacer con algo tan abstracto, tan añorado y escurridizo como la felicidad?
¿donde la pondríamos?
en nuestra casa acaso para que cuando nos visiten la observen,
o quizá sobre nuestro escritorio para que al trabajar recordemos cuanto poseemos,
o tal vez en nuestra puerta para que al entrar o salir de nuestra casa lo hagamos con una sonrisa,
sobre una mesa no se vería mal,
tampoco lo haría en alguna repisa,
nada mal luciría colgada de nuestro cuello como fina joya de colección,
en algunos momentos podríamos ponerla sobre nuestra cabeza,
para que todos la vieran,
para pavonearnos de haberla encontrado,
para algunos excéntricos como diseño sobre el auto no vendría mal,
para los más recatados un poco sobre sus prendas sería perfecto...
ja! y a tí que observas estas líneas, te pregunto:
¿cuántas posibilidades han pasado por tu mente?
¿y aún no caes en la cuenta de que es precisamente por eso, que se nos hace tan difícil alcanzarla?
pues en todo, hasta en la felicidad, regalo apetecido por todos,
el egoísmo tapiza sus intenciones,
si un día, amigo mío, encontraras la felicidad
procura no ponerla ni en tu casa, ni sobre tu mesa,
ni en algun repisa, ni en tu escritorio,
tampoco lucirla como collar en tu cuello o en tu cabeza,
y si la pones en tu auto o en tus prendas,
créeme que sobre ellas tienes puesta cualquier cosa, menos felicidad,
pues si posees la felicidad, nada más te hará falta,
ni tu casa, ni tu escritori, ni tu mesa, nisiquiera tu auto o tus ropas.
la felicidad debes hallarla para darla, para obsequiarla,
para dársela a quien te topes por el camino, a quien se cruce en tu vida,
a aquel que te agrade y al que no,
pero de cualquier manera, no puedes dejarla para tí,
es uno de auquellos tesoros que puedes pasar toda una vida buscando
pero que cuando encuentres no puedes quedártela,
porque si la guardas y la ocultas de la luz
pronto todo en tí se volverá amargura, todo se resecará
y ya lo que creías guardar no estará y aunque como avaro comerciante observes con recelo tu tesoro,
sin que te des cuenta un día ya no estará,
los grandes obsequios nunca son para una sola persona,
los grandes corazones nunca se destinan a amar a una sola alma,
las grandes personas nunca guardan sólo para ellas sus intenciones.
pero si todos logarmos saber todo esto sin gran esfuerzo, ¿por qué el mundo no es perfecto?
pues porque siempre decir será más sencillo que actuar,
y en todo, nuestro pensamiento puede llegar más alto que nuestras acciones
y nuestra mente mucho más lejos que nuestro cuerpo,
así sólo cuando nuestra alma pueda cubrir aquellos lugares para los que fue diseñada,
entonces nuestro cuerpo y todo nuestro ser podrá llegar también a él.

1 comentario:

Gabii Csillag dijo...

no tengo mchas palabras para decir...ademas d que lo q haz escrito es muy sabio..mcho...

son cosas q no mchas personas comprenden...pero esto les ayuda a ver q nada se puede poseer...
q tdo tiene un limite y q si hay felicidad puede compartirla y dar felidad a otros q la necesitan tanto cmo aquel q ya la tuvo...
tdo es a su tiemp...xk en cada seg o min aprendemos q aquello q nos hiz trist vendra algo q nos hara sonreir nuevament..
ya q nunca es tard para mostrar una sonrisa aquellos q haz hecho preocupar..
ademas q una ayudita a esa angustia no esta nada d mal...no??

bueno ese es mi aport...podria poner mas pero no se...
acuerdt q ando en negacion hoy...
soy una tonta....

bueno nos vemos
besitos
byes
Te quiero mcho!
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