sábado, 19 de abril de 2008

Silencios crueles...


De punzada ágil,

el filo de su tomentoso escandalo domina al corazón,

mengua el espiritu acallado rebosante de vida

pero muerto en la soledad de su confección,

no es, no fue, no será...

como clavadas sobre piel virgen así se plasmaron en el cuerpo,

así llegaron al alma.

Tanto ruidoso estremitar que no terminó en nada más que la nada misma,

tan solíto pasar para al fin no delinear más que la sutil silueta del vacío,

tanto quehacer para al termino del día escontrarse en la más lastimera

y efímera ociosidad.


¡Es que la palabra más hiriente es la que nunca se dijo!

la peor discusion, la que ocurre en silencio;

la más lejana distancia, la de estar junto al otro y extrañarlo;

el más lastímero e insopotable bullicio, el del silencio lleno de nada!


¿Cuánto se puede hacer para llenar la nada de un todo?

¡cómo fue que la nada pudo llegar a suprimir tanta existencia!

¿cómo el no ser fue capaz de someter lo cierto, lo presente, al ser?


Aún la esperanza alcanza a cubrir la octava parte de lo que fue,

quizás será suficiente, o bien no...

pero como resonó una vez en el alma de quien ahora escribe,

de esperanzas vive el ser humano y de esperanzas vivo yo...



Tranquilo cáliz ha de caer gota a gota,

cuando se acabe el rocío del nuevo despertar

entonces la calidez de la mañana romperá todo escudo,

sobrevivirá todo ente con un ápice de vida,

lo hará porque así se hizo,

lo hará porque así es como debe ser...