miércoles, 28 de enero de 2009

pareceres...

¿qué se hace cuando late dentro un palpito agonizante?
no es demagogia, no es arrogancia, no es fanfarroneo...
o mejor dicho no pretendía serlo;
¿cómo puede haber tan descabellada manera de arruinar la existencia interior?
¿cómo es posible que el mundo exterior los arruine tan rápido?
¿cómo puede la crudeza de la realidad exterminar tan pulcramente las bondades del alma?
si en un intento apenas de mantenerla salva se extingue, se agota,
se hace añicos como quién toma entre sus manos una bolita de tierra!
¿qué tipo de mounstro es el que vive allí dentro?
disfrazado de cordura, como viejo lobo intentando pasar por oveja
no es más que vanagloria y certeza injustificada de razocinio
inútil desgravio, de qué sirve si al final de cuentas se estropea igual!
una razón más para callar, una menos para hablar,
qué ironía, ahora se entiende mejor por qué se supone que debería permanecer cerrada,
letal embuste, estúpida letanía, desagradable ostracismo de siempre,
es tan poca la costumbre, tan alta la autoconfianza, tan escéptico el interés!
¿cuánta aversión es necesaria para que se marche?
ya desconozco quién erró y quién acertó,
poco interesa a estas alturas!
conociendo el final de los deshilvanos no llegará más que a vueltas, inútiles
y cuanto más desagradables que la idea misma!

ahora vagabundea errante mi mente entre el juicio del que se debaten las partes,
ya no hay juez, ya no hay certezas ni veredicto,
su lugar lo ocupan las ilusiones, los espejismos, las artimañas de una defensa tacaña
y las convincentes pero hurañas conclusiones de la parte demandante,
¡qué más da si en el juicio de la personalidad ,
la corte de la vida tiene un juez sabedor e inconfundible!