jueves, 7 de mayo de 2009

cómo incomoda el silencio forzado!
cuánta extrañeza provoca la falta de capacidad inquisitiva...
como un mudo con las manos atadas,
como un letrado con la boca cerrada,
como un filósofo confinado a la especialización...
es tan perenne el sentimiento, tan dócil la coacción!
se aglutina, se apelotona,
¿cuán densa puede volverse la salvia de la conciencia humana?
¿que tan abrumador puede ser el embotellamiento?
esto es saturación pura,
cáncer de ideales,
¡trombosis del alma!

1 comentario:

Gerak Millalonco Velásquez dijo...

Trombosis del alma.... Me lleva a tantos mundos este verso y es que no puedo imaginar un alma con trombosis...se supone que es algo libre ¿puede de verdad estar paralitica?

intrigantemente hermoso...